Ojos

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4 de marzo de 2016

My mad fat diary y mi lucha diaria conmigo misma

Mü§îç: Meghan Trainor - Better When I'm Dancing


H ace mucho que no vengo y les cuento como va mi vida. En realidad no hay mucho que contar, sí que han habido algunos pequeñitos cambios pero en realidad todo sigue igual.  


Lo que sí hay que recordar es que cada vez me acerco más al 3er escalón y eso de cierta forma me provoca ansiedad. A veces siento que no he logrado nada grande en mi vida y me pregunto si más adelante no me arrepentiré por no hacer alguna cosa loca durante mis 'años mozos'. Por eso mismo es que desde finales del año pasado me decidí a hacer de éste un año "diferente" y la verdad es que esa "diferencia" implica tener una batalla campal conmigo misma todos los días.

Decidí (aunque suene a tabú) hacer las pases conmigo. Dejar de pensar que mi gordura me convierte en un ser despreciable a los ojos de los demás. Cierto es que a casi 3 meses de empezar mi nueva "rutina" no he notado gran diferencia más allá de verme al espejo y no sentir tanto rechazo a lo que veo. Ya no es como pensar que no estoy haciendo nada por cuidarme, que como y no hago nada por sentirme mejor o cuidar mi salud, ya no nada más es llegar a mi casa y echar flojera todo el día, pensando en que voy a cenar o si hay algún dulce que pueda comer.

Obvio es que no me he convertido en vegana, o que mi alimentación ahora es solo lechuga, pero si es cierto que empecé a poner más atención en lo que como y aunque los fines de semana resulta casi imposible no comer cosas deliciosas y engordadoras, el resto de la semana me esfuerzo un poco más en consumir más "verdura" que carne.

Kilos no he bajado, en realidad a veces es frustrante porque al pesarme resulta que aumento uno o dos kilos, o a veces solo me mantengo en el mismo número, pero eso la verdad es que no me importa.

El gimnasio me resultaba un lugar temible, desconocido y me sentía tan fuera de lugar con la vergüenza de que pensaran "¿y esta gorda que hace aquí?", pero aprendí que la gran mayoría de la gente está tan metida en su propia rutina de ejercicios que no me ha resultado tan difícil ir diario a mis clases.

No sé, a lo mejor solo es cuestión de que conforme pasa el tiempo me doy cuenta que tengo aceptarme como soy, porque ya no soy una jovencita y mi vida pasa frente a mis ojos y aún cuando hay muchas cosas que cambiar, empiezo a aprender a vivir y aceptarme tal cual soy.

Por cierto que navegando en internet me encontré con una serie británica llamada "My mad fat diary" que habla precisamente de los problemas que una adolescente tiene por la no aceptación de su cuerpo, y de cómo la mayoría de sus problemas nacen en su cabeza y que el mundo no los percibe tan mal como ella lo hace.

Aún recuerdo un ejercicio en la secundaria en una de esas clases de "orientación" donde nos hicieron vernos durante 2 minutos al espejo y explicar, sin retirar la vista de nuestro reflejo, qué es lo que veíamos. Yo no pude hacer la dinámica, me solté a llorar a cántaros después de un minuto de hacerlo, no aceptaba lo que veía, lo rechazaba, no me gustaba. Odiaba mi nariz, odiaba mi cabello, odiaba mis dientes, odiaba todo de mi y mientras más fue pasando el tiempo aprendía a odiar otras partes de mi cuerpo (que aún hoy en día no me gustan, como la inmensidad de mi trasero).

Pasan los años, y pasa mi vida delante de mis ojos. Estoy cansada de rechazarme y esperar a que alguien más me quiera cuando ni yo misma todavía me acepto al 100%, pero estoy trabajando en ello. Ahora sí, después de tanto tiempo estoy trabajando en ello y no dudo que algún día podré verme al espejo y decirme lo genial y bonita que me veo.


Saludos.